jueves, 9 de abril de 2009

HISTORIA DEL CAMINO EN ARAGON -1-

RELIGIOSIDAD MEDIEVAL Y PEREGRINACIONES
La peregrinación a lugares sagrados y a los grandes santuarios siempre fue una prescripción común a muchas religiones, que han otorgado al itinerario físico un sentido de camino penitencial, de purificación y de acercamiento a la divinidad. La esperanza que movía al peregrino era alcanzar la curación del alma y del cuerpo, al final del camino.
Los grandes centros de peregrinación de la Cristiandad medieval nacieron alrededor de santos sepulcros: Jerusalén, Roma y Santiago. Pero otros muchos templos de segundo orden atraían a los peregrinos en cada país, región y comarca. Cuando no existían tumbas famosas, se usaban reliquias. En la Edad Media, el afán por conseguirlas estimulaba grandes gastos, luchas o incluso peligrosas expediciones. Todos los santuarios y catedrales ambicionaban su posesión y acumulación, porque multiplicaban su prestigio y atraían a multitud de peregrinos, donaciones y cuantiosos legados.
La peregrinación fue en su origen un fenómeno espontáneo, pero con el paso del tiempo se fue institucionalizando. Las órdenes religiosas y militares mediante la fundación de hospitales o alberguerías para la asistencia de pobres y peregrinos, fijaron los grandes caminos de peregrinación y fueron sus más inspirados propagandistas.
Sin embargo, la naturaleza de la peregrinación no era sólo religiosa. Toda una masa abigarrada de mercaderes, vagabundos, ladrones, juglares y prostitutas se mezclaba en los caminos con los auténticos peregrinos.
En el ámbito económico, el camino de peregrinación se convirtió muy pronto en una ruta comercial de primer orden, coincidiendo con el momento (siglos X-XI) en que se produce una fase de gran crecimiento económico, de renacimiento urbano y de revolución comercial. De esta forma, a su paso, la ruta jacobea concitó la fundación de ciudades y mercados; hizo la fortuna de los antiguos núcleos urbanos; enriqueció a sus regiones y las abrió a las corrientes culturales de la época.
Lo mismo sucedió en Aragón y en las ciudades, villas y mercados que se poblaron al paso del Camino de Santiago: Canfranc, Jaca, Berdún, Ruesta y Tiermas fueron los núcleos principales, dotados con hospitales y también con ferias y mercados. Otros lugares de paso, de menor entidad, también se contagiaron de las diversas influencias y aportaciones jacobeas: espirituales, piadosas, caritativas, asistenciales, mercantiles, picarescas, etc.
http://www.jacajacobea.com/el_camino_de_santiago.php

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